El frailecillo en las noches
Pedro Héctor Rodríguez
(Basado en mi experiencia personal)
En la tierra en que nací, hay un frágil pajarillo
que está despierto en las noches; lo llaman el frailecillo
Muchas veces en las noches, me tocaba caminar
un largo y obscuro trecho, para a mi casa llegar
Cuando en las noches sin luna aquel camino emprendía,
un gran velo de tinieblas en lo obscuro me envolvía
Pero apenas avanzaba unos metros en el trillo,
delante de mí cantaba el pequeño frailecillo
Y volando a ras de tierra, mientras alegre cantaba,
avanzaba algunos metros, y en la senda se posaba
Yo caminaba siguiendo la ruta que él me marcaba,
hasta que al sentirme cerca, él nuevamente volaba
Y cantaba nuevamente, y nuevamente me daba
la dirección a seguir, mientras volaba y cantaba
Y muchas veces lo hacía a lo largo del camino,
hasta que en la obscuridad, yo llegaba a mi destino
El pequeño frailecillo me recuerda que mi Dios
en cada tramo me guía, si yo sigo tras su voz
Aquí en este mundo obscuro, paso a paso Dios me guía,
para que yo no tropiece, ni me salga de la vía
Y de esta forma, siguiendo paso a paso su llamada,
el Señor me está guiando hacia mi eterna morada
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Entré en mi corazón
Pedro Héctor Rodríguez
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Jeremías 17:9
Entré en mi corazón sin previo aviso
No le di tiempo a que se disfrazara
Una mueca de disgusto me hizo,
pero no esperé a que me regañara
Comencé a registrar sin su permiso
Encontré desorden y suciedad
También hallé cosas innecesarias
que sirven sólo para vanidad
Cuando quise limpiarlo y ordenarlo
de tanta sobrecarga y suciedad,
mi necio corazón se resistió
con obstinada y terca voluntad
Pero estaba conmigo el Santo Espíritu,
y con mi permiso, lo sometió
Aplicando la sangre de Jesús,
muy limpio y ordenado lo dejó
Ahora, cada día, me aseguro
de que el Santo Espíritu permanezca
para que esté limpio mi corazón,
y la vida de Cristo en él florezca
Entra en tu corazón sin previo aviso
Con el Espíritu ve acompañado
Lo encontrarás desordenado y sucio,
pero quedará limpio y ordenado,
porque el Espíritu, con tu permiso,
someterá tu corazón malvado,
y aplicará el idóneo detergente
que es la sangre del Cordero inmolado
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Cesará la guerra
Pedro Héctor Rodríguez
¿Por qué peleamos los hombres, si todos somos hermanos?
¿Por qué, para destruirnos, empleamos nuestras manos?
¿Por qué nuestra inteligencia usamos en construir
misiles, bombas y aviones para vidas destruir?
¿Por qué a veces nos lanzamos palabras de maldición,
las cuales son como dardos que hieren el corazón?…
Porque el odio, la ambición, el celo y la desconfianza
hacen fiesta en nuestras mentes, bailando macabra danza
Y la desconfianza fue la semilla que sembró
el diablo cuando, en el huerto, a Adán y Eva engañó
Fue entonces la desconfianza la semilla del pecado
que, siendo un árbol maligno, frutos malignos ha dado
Queriendo hallar solución, más guerras organizamos
y, “para arreglar las cosas”, nuevamente nos matamos
Mas la violencia, cual madre, concibe y pare violencia,
aunque por un tiempo haya de calma y paz apariencia
Pero el corazón humano es como un volcán dormido
que de pronto erupta el odio, que dentro estaba escondido
La guerra no es el remedio para la guerra acabar
Hace falta otra semilla en el corazón sembrar
La semilla de la fe -lo opuesto a la desconfianza-
siembra el Espíritu Santo, dándonos así esperanza
Fe en Cristo, confianza en El, quien nos otorga el perdón,
y al germinar, crece un árbol, cuyo fruto es salvación
Un día, ya muy cercano, no se escuchará el tronar
de cañones ni de bombas, pues Cristo va a regresar
No más odios, ni más celos, ni más mundana ambición
Todos unidos daremos a Dios nuestra adoración
¿Todos?... Todos los salvados, los que dejen que el Señor
plante semillas de fe y amor en su corazón
Deja tú que el Señor plante la fe en tu corazón
En ti cesará la guerra, porque tendrás salvación
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Pareciera increíble
Pedro Héctor Rodríguez
La historia que te cuento pareciera increíble,
pero en su gran amor, Dios la hizo posible
En una obscura aldea, sobre paja acostado,
un bebito inocente es el Verbo encarnado
Increíble, mas cierto, que en aquel bebé tierno
reside la persona del Verbo, Dios eterno
Increíble, mas cierto, que Dios el Creador
se humilla por salvar al infiel pecador
Pareciera increíble que sabios del Oriente,
dejando sus palacios por desierto inclemente,
tras misteriosa estrella, se acercan con presentes,
y al niño Dios, postrados, adoran reverentes
Pareciera increíble, pero es la realidad
que Dios se revistió de pobre humanidad,
para así revelar su amor y santidad
a los pobres humanos, esclavos de maldad
La historia que te cuento pareciera increíble,
porque habla de un amor, por lógica, imposible,
en el que el ser perfecto, el santo immaculado,
aceptó nuestras culpas y fue sacrificado
La historia que te cuento pareciera increíble,
porque en Jesús tenemos un lazo indestructible
Para siempre conserva Jesús su humanidad
El es humano ahora y por la eternidad
Increíble, mas cierto, que en un frágil bebé
del Universo entero la suerte eterna esté
Increíble, mas cierto, que el día llegará
en que el frágil bebé al mundo juzgará
Pareciera increíble, mas si escoges creer,
perdón y vida nueva hoy tú vas a tener
Y aquel niño divino, Dios y hombre, Emanuel,
vendrá pronto en su gloria a llevarte con él
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