Levántate, resplandece
Pedro Héctor Rodríguez
Levántate, resplandece, iglesia del Dios viviente
Hay que alumbrar el camino, hay que salvar mucha gente
Muestra al mundo la victoria que te ha dado Jesucristo,
porque el Señor viene pronto a buscar un pueblo listo
Levántate, resplandece, porque tu luz ha venido,
y la gloria de Jehová ya sobre ti ha nacido
Es su gloria su carácter, que en tu vida resplandece,
para mostrar salvación a este mundo que perece
Levántate, resplandece, porque hay mucha obscuridad
Hay que mostrar el camino a la pobre humanidad
Tinieblas cubren la tierra y obscuridad las naciones
La maldad, el odio, el vicio encadenan a millones
Levántate, resplandece; muestra lo que hizo por ti,
sacándote del abismo y renovándote aquí
Deja que tu vida nueva, a la imagen de Jesús,
ilumine a los perdidos con su esplendorosa luz
Levántate, resplandece, y muchos a ti vendrán
atraídos por tu luz, y contigo se unirán
Alienta con tus palabras, alumbra con tus acciones,
deja que tu luz penetre los más oscuros rincones
Levántate, resplandece, porque hay mucha falsedad
Hay que iluminar la tierra con la luz de la verdad
Que tu mirada sincera y tu corazón amante
revelen a Cristo en ti, el cual te hace triunfante
Levántate, resplandece; es una urgente misión
Millones van al sepulcro sin encontrar salvación
Ya pronto vendrá en las nubes Jesús, quien vida hoy ofrece
Es la hora de alumbrar; levántate, resplandece
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Una vida útil
Pedro Héctor Rodríguez
Una vida útil es mejor opción
que vivir buscando ocio y diversión,
pues te garantiza grande galardón
Porque hoy recibes un gran gozo interno,
y sientes de Dios un abrazo tierno,
y al final, con él, un encuentro eterno
¿Una vida útil quieres tú vivir?
¿Quieres hacer más que sólo existir?
¿Quieres alegrías muchas recibir?
Una vida útil tú has de gozar,
si a Cristo en tu ser invitas a entrar
A ser como él, él te va a enseñar
No seas egoísta, no seas exigente
No busques ventajas al tratar la gente
No esparzas rumores, sino sé prudente
No cortes la leña del árbol caído
No agraves la pena del que sangra herido,
y nunca te escondas del que está perdido
Extiende tu mano al necesitado
Ofrece esperanza al desesperado,
y brinda consuelo al que está enlutado
Orienta al errante que sin rumbo vaga
Trabaja en lo bueno aunque no haya paga
Más feliz serás cuanto más bien hagas
Aprende a apreciar de otros lo mejor
Infunde optimismo en tu derredor,
y esparce alegría con un sano humor
Nunca discrimines al que es diferente
No pierdas la calma, sino sé paciente
No hables tras la espalda de quien está ausente
Sé manso y humilde, no seas orgulloso
Con el que está alegre, comparte su gozo
Llora con el triste que sufre lloroso
Al que es rechazado, dale aceptación,
sin que nunca apruebes una mala acción,
mas muestra la senda de la redención
No esperes que, siempre, todo bien saldrá
Recuerda que el mundo aflicción dará,
y a veces la vida sorpresas traerá
Mas aún así, hay algo que hacer
Pregúntate, pues, cuál es tu deber,
aún cuando pequeño pueda parecer
Una vida útil es mejor opción
que vivir buscando ocio y diversión,
pues te garantiza grande galardón
Porque hoy recibes un gran gozo interno,
y sientes de Dios un abrazo tierno,
y al final, con él, un encuentro eterno
¿Una vida útil quieres tú vivir?
¿Quieres hacer más que sólo existir?
¿Quieres alegrías muchas recibir?
Una vida útil tú has de gozar,
si a Cristo en tu ser invitas a entrar
A ser como él, él te va a enseñar
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
¿Cuánto sufrió Jesús?
Pedro Héctor Rodríguez
Para que puedas saber cuánto sufrió Jesús,
quiero que vayas conmigo hasta el pie de la cruz;
comenzando en la noche, desde Getsemaní,
y su amor infinito podrás mirar allí
Jesús entra en el huerto con sombrío semblante,
sabiendo que se acerca la hora culminante
para beber la copa de la divina ira;
y con terror y espanto a ese momento mira
Sus amigos lo dejan sufrir solo la pena,
y de angustia infinita el pecho se le llena;
tal angustia que suda grandes gotas de sangre,
e implora que la copa, de ser posible, pase
Como vil criminal, por la turba apresado
Por los falsos maestros juzgado y humillado
Por su ferviente apóstol con vergüenza negado
Tres juicios de mañana, sin haber descansado
Los azotes le dejan su carne desgarrada,
la corona de espinas, su sien ensangrentada
Subiendo hacia el Calvario, cae rendido Jesús,
porque débil y herido, no puede con la cruz
Al llegar al Calvario, le clavan pies y manos
Estremecen su cuerpo dolores sobrehumanos
Después cuelga de la cruz durante varias horas
Lo tortura inclemente, la sed abrasadora
Con escarnios y burlas lo humillan sin cesar
El que a otros salvó, no se puede salvar
¡El Creador del mundo está siendo humillado
por sus mismas criaturas que se han degenerado
Pero si vas a entender cuánto sufrió Jesús,
no basta lo visible de su espantosa cruz
Hay algo de la escena que tú no puedes ver,
pero que Dios anhela que puedas entender
Escucha sus palabras de infinito dolor,
el clamor de sus labios como un grito de horror
de quien se siente hundido, solo y desesperado:
“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?”
Escuchar a Jesús que clama desesperado
te ayuda a comprender que por causa del pecado,
Jesús quedó del Padre realmente separado
Por la ira divina se sintió castigado
¿Cuánto sufrió Jesús por mí, por ti, por todos?...
La repulsión divina contra el fétido lodo
La ira de su Padre que tú y yo merecemos,
pero que al aceptarlo, tú y yo no sufriremos
Y ahora que conoces cuánto sufrió Jesús,
ahora que ya sabes del horror de su cruz;
te invito a que te rindas a su infinito amor,
y tu corazón abras a tu buen Salvador
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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¿Qué seré?... ¿Qué soy?...¿Qué haré?
Pedro Héctor Rodríguez
¿Qué seré?...
Dos palabras que encierran la razón de la vida
Lo que fui ya no importa, el pasado se fue
Pero late en mi pecho el deseo de ser,
y si es grande y si es noble lo que tengo aquí dentro,
no habrá cimas tan altas que no pueda ascender
¿Qué soy?...
Dos palabras que encierran la verdad de la vida
Aunque quiera ignorarlo, algo soy
Y al mirar lo que soy,...casi nada,
y después a mi meta elevar la mirada,
muy distante me veo de la cima soñada
¿Qué haré?...
Dos palabras que encierran la virtud de la vida
Condenado no estoy
a ser siempre cual soy
Puedo andar por la senda paso a paso hacia arriba,
y aunque lejos mi meta, no osaré vacilar,
que es el ocio la muerte y es pecado dudar
Andaré, pues, cada instante
Desde ahora es mi vida una marcha constante
Oigo a Dios que me dice: - "Adelante, adelante,
que en la cima yo estoy,
y serás tú cual soy"
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." Filipenses 3:13-14
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