Home
Mis antepasados
- Details
- Written by Pedro Rodriguez
- Category: Poemas
- Hits: 385
Mis antepasados
Pedro Héctor Rodríguez
Un buen día abordé la máquina del tiempo
y una gira emprendí a los siglos pasados
En varias de las épocas pasé algunos momentos
queriendo conocer a mis antepasados
Uno de ellos era un centurión romano,
de entraña encallecida, en la guerra forjado,
insensible a la sangre, a veces despiadado
No me sentí orgulloso de aquel antepasado
De otro antepasado que en aquel viaje vi,
inmensa compasión en mi alma sentí
A prisión condenado, lo estaban torturando
Por sus muchas heridas, se estaba desangrando
Me dijeron la causa: Lo encontraron robando
Otro de mis ancestros fue un juez recto y severo
De su fría mirada acordarme no quiero
Era una cueva estrecha su duro corazón,
en la cual no cabía la ancha compasión
Vi en un siglo pasado una lejana abuela
que ganaba el sustento como vulgar ramera
Aunque era compasiva y al más pobre ayudaba,
pensar que era mi sangre, vergüenza me causaba
Un asesino cruel en mi genealogía
en una de las épocas también encontraría
Su mirada siniestra se cruzó con la mía
Sentí un escalofrío y alejarme quería
De mis antepasados que en mi gira encontré,
buena fama y virtudes en muchos observé;
pero en todos había semillas de pecado
Ninguno hallé que fuera del todo immaculado
Aún a Adán y Eva alcancé a visitar
Me miraron muy tristes, con profundo pesar
Les costaba creer que su raza potente
se había degradado y estaba decadente;
mas con cabezas bajas y rostros sollozantes,
admiteron ser ellos los primeros causantes
En mis antepasados ciertamente encontré
de mis malas tendencias el preciso porqué
Triste y decepcionado, en regresar pensé,
y de nuevo la máquina del tiempo yo abordé
Mas mientras regresaba, curiosidad sentí
por la época de Cristo, y me detuve allí
Algún miembro importante de mi genealogía,
muy cercano a Jesús, quizás encontraría
Llegué el día de Pascua hasta el Calvario cruel,
donde el manso cordero bebía amarga hiel
Sus manos y sus pies con clavos traspasaban,
mientras él, para ellos, el perdón imploraba
Después la turba impía se mofó de Jesús:
-“Si el hijo de Dios eres, desciende de la cruz”
Ninguno, por linaje, era mi antepasado,
pero algo espeluznante descubrí horrorizado:
Vi en sus crueles miradas mi rostro reflejado,
y me sentí culpable de haberlo yo matado
También dos malhechores de otras cruces colgaban
Uno de ellos, necio, a Jesús injuriaba:
-“Sálvate a ti mismo si eres el Cristo tú,
y también a nosotros sálvanos de esta cruz”
El otro malhechor confesó su maldad,
reconoció en Jesús la plena santidad,
imploró del Señor compasión y piedad
Cristo le prometió gloriosa eternidad
¿Quizás uno de ellos era mi antepasado?…
No tendría la respuesta ningún significado,
porque en ambos había semillas de pecado,
al igual que en mis muchos abuelos del pasado
¿A cuál de aquellos dos yo habría de imitar?
Esta era la pregunta que debía contestar
Finalmente encontré allí un antepasado
Era el mismo Jesús que moría inmolado,
porque al creer en él, soy por él engendrado
por medio de su Espíritu, que en mí ha procreado
un ser espiritual que no hace pecado
A mi genealogía, a veces, carnalmente,
por descuido me apego y peco neciamente,
hasta que sabio abordo la máquina del tiempo,
Al Calvario regreso, a mi Cristo contemplo,
y me aferro a la vida que él mismo me ha otorgado
¡Es mi amado Jesús mi gran antepasado!
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Cristo es todo
- Details
- Written by Pedro Rodriguez
- Category: Poemas
- Hits: 353
Cristo es todo
Pedro Héctor Rodríguez
Cristo es todo para todos los que abren su corazón
El hoy da vida abundante, él da eterna salvación
Si tu camino es fangoso, y resbalas al andar;
Jesús es el caminante que la mano te ha de dar
Si las tinieblas te ciegan, y no puedes avanzar;
es Cristo la luz divina que tu senda ha de alumbrar
Si te sientes agotado, a punto de desmayar,
Jesús, el Omnipotente, nuevas fuerzas te ha de dar
Si eres la oveja perdida que no sabe regresar,
Jesús es el Buen Pastor que a su oveja ha de encontrar
Cristo es todo para todos los que abren su corazón
El hoy da vida abundante, él da eterna salvación
Si tanto te han lastimado que no puedes perdonar,
Cristo, el gran perdonador, tu corazón va a sanar
Si confundido te encuentras, y no puedes comprender,
Jesús mismo es la verdad. Ven a él para entender
Si se encuentra hoy turbado o triste tu corazón,
Cristo ofrece paz y gozo, si aceptas su invitación
¿Es la tempestad tan recia que ya vas a naufragar?
Confía en Cristo, el Señor de los vientos y la mar
Cristo es todo para todos los que abren su corazón
El hoy da vida abundante, él da eterna salvación
¿Perseguido? ¿Torturado? ¿Casi a punto de morir?
Cristo, el varón de dolores, te ayudará a resistir
Si la escasez y pobreza te oprimen como tiranos,
ven a Cristo el Rey y Dueño, y él te llenará las manos
¿Has pecado, sientes culpa, y a Cristo temes tornar?
El dice: “El que a mí viene, fuera no lo voy a echar”
Si buscas un Salvador que te libre del pecado,
ven a Cristo, pues su sangre te ha perdonado y limpiado
Cristo es todo para todos los que abren su corazón
El hoy da vida abundante, él da eterna salvación
Jesús es la puerta abierta, y es el camino hacia Dios
Jesús es el mercader que con sangre te compró
Es Jesús el pan de vida que satisface al hambriento
El agua de vida es para saciar al sediento
Cristo es todo para todos los que abren su corazón
El hoy da vida abundante, él da eterna salvación
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Mis maestros
- Details
- Written by Pedro Rodriguez
- Category: Poemas
- Hits: 365
Mis maestros
Pedro Héctor Rodríguez
Son mis maestros
los errores que, torpe,
tanto cometo
Son mis maestros
las molestas espinas
que me lastiman
De mis maestros,
a veces, quejas tengo,
y me resiento
A mis maestros,
aún si me resiento,
escucho atento
Mis maestros tienen
muy sabias enseñanzas
que me convienen
Por el momento,
de mis duros maestros
sigo aprendiendo
Gracias, Señor,
por los maestros duros
que da tu amor
Muy pronto ya,
los maestros de acá
no más tendré
No más espinas
con punzantes dolores
No más errores
Con Cristo iré,
y a sus pies, a aprender,
me sentaré
Jesus, Maestro,
de mi escuela decano,
tu amor proclamo
Maestro hoy,
para siempre maestro,
a ti me doy
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Náufragos del Titanic
- Details
- Written by Pedro Rodriguez
- Category: Poemas
- Hits: 398
Náufragos del Titanic
Pedro Héctor Rodríguez
El Titanic tropezó,
en la noche oscura y fría,
con un témpano de hielo
Horas más tarde se hundía
Tripulantes y viajeros
que trataban de salvarse,
agarrarse procuraban
de cualquier cosa flotante
Escuchemos esta historia
que allá en Hamilton, Ontario;
en una iglesia contó
de aquel naufragio un salvado
-“Aquella noche en el agua,
torturado por el frío,
queriendo sobrevivir,
luchaba a brazo partido
“De repente me encontré
frente a un hombre que flotaba
El me hizo una pregunta
con penetrante mirada
“ '¿Eres salvo?' dijo el hombre,
en quien yo reconocí
al predicador John Harper;
quien también luchaba allí
“ 'No soy salvo pastor Harper'
El entonces me exhortó
con palabras de la Biblia
que pronunció con pasión
“ 'Cree en el Señor Jesús
Cree, y salvo serás'
Pero apenas dijo esto
no lo pude ver ya más
“Mas el vaivén de las aguas
nos reunió nuevamente
y nuevamente John Harper
me preguntó ansiosamente:
“ 'Y ahora, ¿Eres ya salvo?'
Y yo, con sinceridad,
le dije: 'Salvo no soy
Esa es la pura verdad'
“El, de nuevo, con pasión
dijo: 'Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo'...
Harper era un buen pastor
“Al instante, nuevamente,
a Harper perdí de vista
y en la oscuridad y el frío
anhelé la eterna vida
“Las palabras del pastor
calentaron mi alma fría
y a mi Salvador Jesús
entregué la vida mía
“No sabía si del agua
alguien sacarme podría;
pero allí yo fui salvado
porque Cristo me dio vida
“Harper no sobrevivió,
pero en su postrera hora
ganó para Cristo un alma
que hoy a Jesús adora
“Soy el último converso
de John Harper, el pastor,
que hacia las almas perdidas
estaba lleno de amor”
Así contó su experiencia
con el buen predicador,
el hombre que por su medio
encontró a su Salvador
¡Qué ejemplo para imitar!
En sí mismo no pensaba
Aún al borde de la muerte
procuraba salvar almas
Y tú, mi querido amigo,
que también has naufragado,
y que a punto estás de ahogarte
en este mar de pecado
Como el hombre de la historia,
cree en Jesús, el Señor,
Tú también has de ser salvo
por su poder y su amor
Basado en una anécdota publicada en “SURE AS THE DAWN” Daily Meditations for Adults por Donald Ernest y Vesta West Mansell (Copyright 1993) Review and Herald Publishing Association. Lectura correspondiente a Noviembre 13.
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo