Sonríe
Pedro Héctor Rodríguez
Si quieres que un perfume delicioso,
tu presencia a todo el mundo envíe,
sonríe
Si navegas en el mar tormentoso,
no temas que tu barca se desvíe
Sonríe
Si el día se presenta borrascoso,
no permitas que la aflicción te hastíe
Sonríe
Que con Cristo un enlace poderoso,
en medio del tornado, tu fe críe
Sonríe
Si el frío te congela con su acoso,
no le permitas que a tu amor enfríe
Sonríe
Si tu camino resulta sinuoso,
sigue dejando que el Señor te guíe
Sonríe
Si pisas sobre fango resbaloso,
que el corazón, inseguro, no ansíe
Sonríe
Si ves de la pobreza el rostro odioso,
de Dios tu corazón no desconfíe
Sonríe
Si te amonesta tu Padre amoroso,
confiesa tu pecado, no porfíes
Sonríe
En la sonrisa, hay salud y gozo
Manda a tu corazón que en Dios confíe
Sonríe
Pues la sonrisa hace al rostro hermoso,
en el amor de Dios tu alma fíe
Sonríe
Cuando le ofrezcas de Jesús el gozo
al mundo triste que, con mueca, ríe,
sonríe
Porque Cristo regresará glorioso
con un por siempre dulce y venturoso,
ya no habrá nada que tu vida agríe
Sonríe, sonríe; siempre sonríe
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo
Después de cincuenta años
Pedro Héctor Rodríguez (Tinguaro)
Después de cincuenta años,
he vuelto a verlos
Mi mente ha desempolvado
viejos recuerdos
Fue el lugar de nuestro encuentro
La Progresiva
Dueña ha sido en mi recuerdo
más que inquilina
Eramos adolescentes
llenos de sueños
(hoy realidades presentes)
Otros murieron
Mas hoy, llorar no debemos
los sueños muertos
Hoy nuevos sueños tenemos
de ilusión llenos
Hoy deben ser despertadas
las amistades,
que marchitas dormitaban
como rosales
Y de rosas los rosales
se llenarán
Nuestras viejas amistades
florecerán
Después de cincuenta años,
nos abrazamos;
no con abrazo de extraños,
sino de hermanos
Colegio La Progresiva,
para inspirar
porque tu nombre deriva
de progresar
Después de cincuenta años,
los ideales
que fueron por ti sembrados,
siguen iguales
Soñar, actuar, cooperar,
lema bendito
para montarlo y volar
al infinito
Y porque fuiste fundada
para educar,
tu instrucción ha sido dada
para salvar
Muchas gracias, Progresiva,
por tu enseñanza,
por prender la hoguera viva
de la esperanza
Por mostrarnos a Jesús,
el que nos ama,
por darnos rayos de luz
de su Palabra
Después de cincuenta años,
tú, Progresiva,
sigues tu empeño santo
de darnos vida
Después de cincuenta años,
hijos amados,
que podrían ser extraños,
hoy son hermanos
Progresiva, tu legado
perdurará
aún más que cincuenta años:
La eternidad
Por los siglos eternos, con Jesús
disfrutaremos,
y a ti, por darnos su luz,
recordaremos
Julio 25, 2010.
Escrita para el reencuentro con mis compañeros de el Colegio Presbiteriano La Progresiva de Cárdenas, Cuba (1958-1961); ocurrido en el restaurante Versalles, Miami, Florida.
Pastor Pedro Héctor Rodríguez
Seventh-day Adventist Church in Canada (Jubilado)
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La flor en el pantano
Pedro Héctor Rodríguez
Sobre el agua aposentada de un pantano pestilente,
vivía una flor perfumada, para asombro de la gente
Los que por allí pasaban, en medio de tanto hedor,
de repente, respiraban el perfume encantador
Y al volverse hacia la flor, su belleza contemplaban,
y de fragancia y color sus sentidos embriagaban
¿Cómo podia la flor en el pantano vivir,
y su belleza y su olor alrededor esparcir?…
Su raíz que penetraba bajo el agua pestilente,
del lecho fértil sacaba los necesarios nutrientes
Este mundo de pecado de enfermedad y de horror
es el pantano infectado de desagradable hedor
Mas trayendo grato olor y belleza a este pantano,
cual fragante y bella flor, vive el genuino cristiano
Porque busca en lo profundo a Cristo, su Salvador,
y sobre el agua del mundo, sobresale cual la flor
De Cristo recibe aliento y sana alimentación
La palabra es su alimento; su oxígeno es la oración
Sigue belleza esparciendo y olor de Cristo, cristiano,
del agua sobresaliendo, cual la flor en el pantano
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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Iglesia Adventista Hispana de Toronto
Pedro Héctor y Anita Rodríguez
Iglesia Adventista Hispana de Toronto,
levanta tu cabeza que Cristo viene pronto
Recuerda que, glorioso, descenderá del cielo,
y todas tus tristezas encontrarán consuelo
Contémplale ahora mismo, colocando su mano
en tu cansado hombro, con abrazo de hermano,
y poniéndote el manto de su justicia pura
para cubrir con luz tu desnudez impura
Y así, de luz vestida, con su amor resplandece
para mostrar la senda al mundo que perece
Iglesia Adventista Hispana de Toronto,
levanta tu cabeza que Cristo viene pronto
Tu malvado enemigo tratará de morderte
con el sutil veneno que produce la muerte:
La disensión, el chisme, el juzgar al hermano,
el desánimo, el celo, el encanto mundano...
Mas tú, mantén la vista en Jesús, fiel amigo,
quien, muriendo venció al malvado enemigo
Por eso, si es que pecas, no te dés por vencida
Hay limpieza en la sangre que brotó de su herida
Iglesia Adventista Hispana de Toronto,
levanta tu cabeza que Cristo viene pronto
En la mano de Cristo, pon una de tus manos...
Con tu otra mano alcanza a los seres humanos
Tomada de su mano, de amor rebosarás,
y en compartir su amor tu vida gastarás
Y serás muy feliz con su dulce amistad,
aún en este valle de dolor y maldad
Y cuando ya no haya más maldad ni dolor,
vivirás para siempre con tu fiel Salvador
Iglesia Adventista Hispana de Toronto,
levanta tu cabeza que Cristo viene pronto
Abril de 1997, cuando marchamos a otro campo misionero, después de haber tenido el privilegio de pastorear la primera Iglesia Adventista Hispana de Toronto, Canada, por casi ocho años.
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