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Antorcha que arde y alumbra

Pedro Héctor Rodríguez

 

La vida es cual senda oscura, que entre abismos serpentea

Tropezamos con las piedras ocultas por las tinieblas


Son las curvas y las piedras tentaciones, desafíos;
y los pecados y errores son caídas al vacío

 

Los verdaderos cristianos, con sus vidas cristalinas,
son antorchas que la senda alumbran mientras caminan

 

Hace falta más antorchas que iluminen el sendero,
para que muchos no caigan al abismo traicionero

 

Dios nos llama a ser antorchas, como fue Juan el Bautista
para, cuando Cristo vuelva, halle mucha gente lista

 

La antorcha, para alumbrar, necesita arder en llamas
Es el Espíritu Santo, el que con su amor la inflama

 

Oye, cansado viajero, que ya tanto has tropezado,
o que yaces en el fondo del abismo del pecado

 

Fija tus ojos en Cristo; al Santo Espíritu deja
prender el fuego divino que echa las tinieblas fuera

 

Y deja que el Santo Espíritu sople el fuego cada día
para que tu luz alumbre a lo largo de la vía

 

Para que tú sigas siendo de Cristo la antorcha ardiente
que alumbra el sendero oscuro para salvar a la gente

 

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