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La víbora y el águila

 Pedro Héctor Rodríguez

 

José Martí escribió en sus “Versos sencillos”:

 

“Yo he visto al águila herida

volar al azul sereno,

y morir en su guarida

la víbora del veneno”

 

Los versos que siguen son mi aplicación personal a estos versos de Martí:

 

El águila reposaba

tranquila y confiadamente

La víbora traicionera

atacóla de repente

 

Aunque el águila fue herida,

no resultó envenenada

El veneno de la víbora

al águila no hizo nada

 

Aún herida voló

al cielo azul y sereno

En su guarida, murió

la víbora, del veneno

 

Calumnias, chismes e intrigas,

y otros venenos mortales

van transmitiendo las víboras

con sus mordidas fatales

 

Pero hay águilas que han sido

por Jesús inoculadas,

y de venenos mortales

no quedan envenenadas

 

Es cierto que las heridas

les causan hondo dolor,

pero el veneno no entra

porque en su sangre hay amor

 

Las águilas de Jesús

aún a las víboras aman,

y con su amor y perdón

el amor de Dios proclaman

 

En cambio a las pobres víboras

sus propios venenos minan

Sus celos y sus malicias

a sus almas contaminan

 

¿Quieres ser como la víbora,

y morir de tu veneno?

¿O quieres ser como el águila,

de perdón y de amor lleno?

 

Yo quiero ser como el águila,

que herida, levanta el vuelo

Subir mirando a Jesús

para llegar hasta el cielo

 

 

Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com  

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