Fulgores de gloria
Pedro Héctor Rodríguez
Una estrella fugaz el cielo iluminó
Sobre el negro telón, radiante fulguró
con majestuosa gloria; mas se desvaneció
Así es la gloria humana, aerolito fugaz;
instante de fulgor que no perdurará;
un fuego pasajero que al fin se extinguirá
Si esa gloria buscara, quizás la alcanzaría;
y tal vez, ¿por qué no?, hasta feliz sería;
pero se apagará cuando acabe mi día
Un lucero lejano el cielo iluminó
Sobre el negro telón, radiante fulguró
con majestuosa gloria; y allá permaneció
Así es de Dios la gloria, lucero permanente
que conserva el fulgor más allá del presente,
que alumbrando la noche seguirá eternamente
Escojo la divina sobre la mundanal
Busco la gloria eterna, no la que es temporal;
esa gloria feliz que no tendrá final
Por eso es que contemplo al lucero brillante,
el carácter de Cristo, su gloria fulgurante,
y no quiero perderlo de vista ni un instante
Busco, Señor, tu amor; dame tu santidad
Procuro tu paciencia, anhelo tu humildad
Quiero tener tu gloria, hoy, y en la eternidad
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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