La cuerda sobre el Niágara
Pedro Héctor Rodríguez
Sobre el Niágara rugiente una cuerda es extendida
A los lados del abismo, la gente está reunida
porque quiere ver a Blondin poner en juego su vida
andando sobre la cuerda, en sus idas y venidas
De largo son mil cien pies, ciento sesenta de altura,
que desafían a Blondin en su arriesgada aventura,
pero él la tarea emprende, muy sereno y sin premura
Camina sobre la cuerda con paso lento y seguro
haciendo parecer fácil lo que es difícil y duro
Con gritos lo vitorea la multitud asombrada
-“Blondin, Blondin, Blondin”, gritan las voces emocionadas,
pero Blondin va a hacer cosas tan difíciles y osadas
que andar sobre aquella cuerda parecerá como nada
Andando sobre la cuerda, empuja una caretilla
Deteniéndose, se sienta, y se fríe una tortilla
Con las piernas entre un saco, sobre aquella cuerda avanza,
manteniendo el equilibrio con inmutable confianza
Con sus dos ojos vendados, sobre la cuerda camina
Luego, andando sobre zancos, su gran actuación culmina
“Blondin, Blondin. Blondin” , grita el público entusiasmado;
pero hay algo más que hacer; la función no ha terminado
Pregunta Blondin a todos -“¿Creen que puedo cargar
a alguien sobre mi espalda, y sobre la cuerda andar?”
Y la multitud responde:-“Tú puedes, Blondin, tú puedes”
-“Entonces, ¿quién quiere ser el voluntario entre ustedes?”
Todos quedan en silencio; cesa toda aclamación
Parece que nadie quiere aceptar la invitación
Por fin, alguien se adelanta, aceptando el desafío
Blondin, con el hombre a cuestas, camina sin un desvío,
sin miedo a la estrecha cuerda ni al imponente vacío
Usemos este relato para ilustrar el poder
de Cristo, quien toda prueba fue y es capaz de vencer
Y por eso lo aclamamos porque, con su gran poder,
para él no hay imposibles; él todo lo puede hacer
Pero no basta aclamarlo; es necesario aceptar
su invitación de, con él, por la senda estrecha andar
sobre el horrible torrente de las pruebas y el pecar
No temas a lo profundo del abismo traicionero
Deja que el potente Cristo te sostenga por entero,
y él te llevará seguro hasta el final del sendero
Basado en una anécdota de la vida de Jean Francois Gravelet (Blondin), publicada en “SURE AS THE DAWN” Daily Meditations for Adults por Donald Ernest y Vesta West Mansell (Copyright 1993) Review and Herald Publishing Association. Lectura correspondiente a Enero 21
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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