Mi vida y mi memoria
Pedro Héctor Rodríguez
En polvo o en ceniza, un día tornaré
En la mente de algunos, un recuerdo seré
Mientras pasen los años, alguien de mí hablará
Cosas buenas o malas, alguien recordará
Sueño con que sea grata a algunos mi memoria,
que haya quienes cuenten, de mí, bellas historias
Siempre la muerte intrusa continuará rondando,
y a los que me recuerdan, se seguirá llevando
Un día, mi recuerdo, en nadie existirá
La arena de los años mis huellas cubrirá
Pero Dios la memoria guarda de mis acciones,
de todas mis palabras y mis motivaciones
Dios, el perfecto juez, que ve cada rincón
de mi aposento humano; hará mi evaluación
Cuando mi sol se ponga, nada ya cambiará
Mi registro, concluso, sellado quedará
Oh, cuánto yo quisiera que al fin de mi jornada,
mi deuda de pecado estuviese saldada
Porque después del cierre, no habrá más transacciones
El auditor divino hará las revisiones
Por eso es que hoy acudo al banco de justicia,
para pagar mi cuenta, repleta de injusticias
El Señor ha provisto un fondo ilimitado
Su perfecta justicia, Cristo ha depositado
Es mi arrepentimiento el cheque autorizado,
que reduce hasta cero mi deuda de pecado
Gracias por la justicia, que se ha depositado,
con la sangre preciosa del Cordero inmolado
Aunque aspiro a que cuenten de mí bellas historias,
es mi mayor anhelo ir con Cristo a la gloria
Gracias, Dios, por saldar la deuda de mi historia
Gracias por preservar mi vida y mi memoria
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo