Habla tú, Señor, cese mi lamento
Pedro Héctor Rodríguez
A mi barco azota un fuerte huracán
Trae la tormenta viento de titán
Aunque ayudar quiere, mi triste lamento
es hoja marchita que se lleva el viento
No puedes, lamento, mitigar mi pena
La mar turbulenta no queda serena
porque, tú, lamento, levantes tu voz,
denunciando a gritos la tormenta atroz
Pero hay otra voz que alivia mi pena
Es la voz de Cristo, cálida y serena,
que reprende al viento con autoridad,
la que hace callar a la tempestad
Cese mi lamento para oír tu voz,
que hace enmudecer al ciclón feroz
Habla tú, Señor, apacigua al viento
Habla tú, Señor, cese mi lamento
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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