Sueños vanos y sueños santos

Pedro Héctor Rodríguez

 

Entre unos papeles viejos,
hallé una nota arrugada
Databa de muchos años,
y estaba medio borrada


Eran sueños ambiciosos
 que en el pasado escribí;
pero ninguno de ellos
había logrado hasta allí


Quizás era el tiempo, entonces,
de revivir mis quimeras,
y aquellos inviernos gélidos
convertir en primaveras


Pero para asombro mío,
a medida que leía,
ninguno de aquellos sueños
ahora realizar quería


Ni siquiera hoy entiendo
cómo pude soñar yo
aquellas vanas locuras,
que mi mente concibió


Lo cierto es que el sabio Dios
fue mi corazón surcando,
y sueños sanos y santos
fue en esos surcos sembrando


Y los sueños que plantó
 el divino agricultor
crecieron en realidades,
llenas de vida y verdor


Gracias, Dios, por marchitar
las plantas de sueños vanos
Gracias por plantar en mí
 sueños santos, sueños sanos


Gracias porque todavía
sigues más surcos abriendo,
y colocando semillas
que continúan creciendo


Y muy pronto, mi gran sueño,
de que vamos a encontrarnos,
me cumplirás plenamente,
para nunca separarnos

 

Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo