Este rincón insignificante 

Pedro Héctor Rodríguez

 

En el infinito espacio, un punto apenas visible,

escenario de tragedias y de crímenes horribles

 

Imperio de la maldad, de la muerte y del dolor,

donde levantó su trono, del mal el emperador

 

Pero a este seco desierto, rincón insignificante,

descendió el amor de Dios como lluvia refrescante

 

Vino a este rincón Jesús, el Creador encarnado

Vino a quitar de esta tierra el imperio del malvado

 

El fue el cordero de Dios que vino a ser inmolado

Vino a darse en sacrificio para quitar el pecado

 

Al punto apenas visible, al imperio de maldad,

bajó el Rey del Universo, en harapos de humildad

 

Y a este seco desierto, rincón insignificante,

descenderá el nuevo Edén con su río refrescante

 

Y será del Universo el centro de educación,

para estudiar por los siglos el plan de la salvación

 

 

Este poema forma parte de mis libros "No desmayes, peregrino" y "Ven a buscarnos, Señor", los cuales pueden ser adquiridos en amazon.com 

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